Uno de esos derechos es el de vivir sin contaminación, en este caso la del ruido, la cual muchas veces si somos realmente honestos, nos dispara los nervios y nos llena de tensión y ni siquiera nos damos cuenta. Pero si me di cuenta de lo molesto que resulta el que haya una ley en contra de los ruidos nocivos y no se cumpla, pero mas molesto resulta que quienes quebrantan la ley son los mismos que las promueven y las hacen vigentes, contando con el apoyo de sus allegados y la de sus esbirros y partidarios.

Citando la ley No. 287-04 Sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que producen contaminación sonora, El Artículo 10 de dicha ley establece que "Quedan encargados del cumplimiento de esta Ley, la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Policía Nacional y la Autoridad Metropolitana de Transporte", esta ley la cual condena la contaminación ambiental provocada por el ruido, nos avala para hacer que nuestros derechos se cumplan y podamos vivir en una sociedad sin ruido.

También, en el Articulo 2 se explica que "Es prohibida dentro del ámbito de las zonas urbanas de la República Dominicana, y por tanto susceptible de suspensión y de indemnización por daño, la producción de ruidos nocivos o molestos, cualesquiera fueran su origen y el lugar en que se produzcan". Y si al costo o la indemnización de los daños causados por dicha contaminación nos vamos a referir, todo el mundo sabe que la salud, la paz y la tranquilidad no tienen precio. Así mismo el Articulo 5 es bien explicito cuando dice que "Son también susceptibles de suspensión, aquellos ruidos que por su naturaleza, tipo, duración o persistencia puedan igualmente causar daño a la salud y/o tranquilidad de las personas o de la población en general aunque se encuentren dentro de los decibeles permitidos", lo cual nos da la potestad de denunciar el ruido, aunque por el desconocimiento de esta ley por parte de las personas, estas ultimas no saben que tienen el derecho de vivir tranquilos y por tanto no lo ejercen.

Al mismo tiempo, me consterna ver como el comité de campaña de un diputado que su lema es proteger al medio ambiente y la de un aspirante a senador del mismo partido, sabiendo que existe esa ley y que voto a favor de ella, sean los primeros en poner en sosobra un barrio completo, así también como la mayoría de los candidatos al gobierno local que valiéndose de las llamadas tumbacocos, en vez de prometernos cosas tangibles que no se queden en promesas, nos quitan la poca tranquilidad que nos queda, para darle alegría a un grupo de personas que no tienen la mas mínima idea de el daño que se le causa a los demás y que quizás ni les importe, porque la meta inmediata no es agradar, ni cuidar a nadie. En torno a eso sin olvidar que se esta rompiendo la ley, como el que predica una idea y no tiene el esmero, ni el interés de que se cumpla.

Entonces reflexiono y pienso, como quieren los candidatos de todos los partidos, mi respeto y mi confianza, cuando ellos nos mienten descaradamente y no nos cuidan, ni se preocupan en prevenir lo que nos pueda pasar, poniendo en riesgo nuestra salud física y mental con su hipocresía de campaña, la cual solo deja contaminación visual, sonora y psicológica en nuestros pueblos y ciudades.